Que España es el país que más legisla y más incumple, a la misma vez, es algo sabido por todos. Creamos todo tipo de normas, de todo tipo de rango, con la intención de intervenir en todos los órdenes de la vida, sin recordar que para dar cumplimiento a tantas páginas del BOE (siendo coherentes) deberíamos elevar a la enésima potencia el número de vigilantes con potestad sancionadora.
Es verdad que en el resto del mundo pasan cosas que no pasan España (en Granada, en este caso) por regla general, como que te puedas encontrar a una pareja de guiris en plena confluencia de Gran Vía con Reyes Católicos, en la concienzuda tarea de aplicación de crema protectora con intención de resguardarse de los rayos solares que toman relajadamente en plena calle, cual si de playa se tratase…
Visto lo visto, de lo que no cabe duda es de que el pudor sl un concepto cultural (hecho uno); y de que estas cosas se las permitimos a los extranjeros que son blanquitos, rubitos y demuestran tener cierto poder adquisitivo (hecho dos). A los negros y a los moros le aplicamos la ordenanza de la convivencia, que para eso está.